Jeff Abramowitz - Agencia DPA
TEL AVIV.- La votación de Naciones Unidas que elevó el estatus de Palestina al de Estado no miembro observador supone algo más que el reconocimiento tácito del Estado palestino. Lo ocurrido devuelve el proceso de paz en Oriente Medio a la agenda política internacional, después de que últimamente se viera ensombrecido por la disputa nuclear con Irán.
Pero a pesar de las intenciones de quienes pretenden impulsar las conversaciones palestino-israelíes, no pueden esperarse progresos hasta que pasen las elecciones de Israel del 22 de enero del próximo año.
Tras la Asamblea en la ONU (e incluso antes de ella) varios actores internacionales, encabezados por su secretario general, Ban Ki-moon, llamaron a ambas partes a renovar las negociaciones, congeladas desde la llegada al poder del primer ministro, Benjamin Netanyahu, en 2009, con una breve excepción en septiembre de 2010. El propio presidente palestino, Mahmud Abás, aseguró que su prioridad será la vuelta a las negociaciones. Lo que no está claro es que eso suponga que los palestinos están dispuestos a renunciar a su exigencia de que Israel congele la reimpulsada construcción de asentamientos en Cisjordania y Jerusalén Este.
Y si hasta ahora Israel rechazó esta exigencia, con las elecciones a la vuelta de la esquina no es previsible que Netanyahu esté dispuesto a arriesgar el apoyo de muchos de sus votantes al aceptarlas. Si su coalición resulta reelegida, como muestran las encuestas, tampoco podría hacerlo.
Derrota aplastante
La resolución de la ONU cambia poco sobre el terreno. Muchas partes de Cisjordania siguen ocupadas por Israel y los palestinos no cuentan con un Estado "a de jure" (de derecho). Aún así, la humillante derrota diplomática de Israel (con sólo 9 países votando en contra del reconocimiento, 41 absteniéndose y 138 a favor de la resolución) muestra que el mundo, y especialmente Europa, perdió la paciencia ante la ausencia de negociaciones y considera que el actual statu quo es inaceptable. Apenas un país de la Unión Europea, la República Checa, se opuso a la moción, lo que indica que incluso los aliados israelíes consideran que Netanyahu es el principal responsable del estancamiento de los contactos.
"La votación en la ONU fue la luz de advertencia de la comunidad internacional para Israel, así como una muestra de apoyo para los palestinos. Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y otros países amigos enviaron el mensaje: su paciencia con la ocupación de Cisjordania se agota, basta de construcción de asentamientos y no hay fe en la declaración de mano tendida hacia la paz y el avance hacia un Estado palestino", aseguró el periodista del diario Haaretz, Barak Ravid.